domingo, 30 de mayo de 2010

PaBLo PiNeDa eN "Yo, TaMBiéN"


Un gran ejemplo



Pablo Pineda (1975), es un actor español galardonado con la Concha de Plat en el Festival Internacional de Cine de San Sebastián de 2009 por su participación en la película "Yo, También".En la película interpreta el papel de un licenciado universitario con Síndrome de Down al igual que en la vida real que es licenciado en Psicopedagogía.
Pineda vive en Málaga y trabajó en el ayuntamiento de la ciudad. Es Diplomado en Magisterio, profesor de Educación Especial, además de cursar estudios de Psicopedagogía. En el futuro pretende continuar con su carrera en la enseñanza y no con la interpretación cinematográfica.


En 1999, Pablo Pineda se convirtió en el primer europeo con síndrome de Down que conseguía un título universitario. EL sábado logró un nuevo hito en la historia de las personas con discapacidad al ganar la Concha de Plata al mejor actor del Festival de Cine de San Sebastián por su interpretación en la película 'Yo, también'. Por primera vez, una persona con trisomía del cromosoma 21 alcanza el galardón en el certamen donostiarra, un premio que se ha visto ratificado con la Concha de Plata a la mejor actriz para su compañera de reparto, Lola Dueñas.

La historia de Pineda se ha convertido en un modelo para miles de personas con síndrome de Down. Nacido en Málaga en 1975, Pablo es el menor de tres hermanos. En sus entrevistas recuerda cómo, de pequeño, su curiosidad y su testarudez le llevaron a superar todas las barreras que, aparentemente, bloqueaban el desarrollo educativo de las personas como él.

Se matriculó en magisterio en 1995 y, dos años después, participó como ponente en el VI Congreso Mundial sobre el Síndrome de Down. En cuatro años, consiguió su título de diplomado y comenzó a desarrollar diversas actividades en el campo de la educación especial y el bienestar social.

El pasado mes de marzo, ejerció de profesor en un colegio de Córdoba y, en la actualidad, está a punto de licenciarse en Psicopedagogía (su segunda carrera), prepara unas oposiciones al Ayuntamiento de Málaga y disfruta de alfombras rojas y abrazos con Lola Dueñas. Su caso recuerda al de Pascal Duquenne, otro actor con síndrome de Down, que consiguió el premio a la mejor interpretación masculina en el Festival de Cannes por su papel en El octavo día en 1996.

"Supongo que esta película despertará un gran interés sobre la discapacidad y el síndrome de Down. Y dará que pensar, sobre todo, a las instituciones. Ojalá éstas se esfuercen en promover que más chicos con discapacidad sean creativos y desarrollen su faceta artística", explicó a EL MUNDO, poco antes de recoger su premio. "Sería precioso que, por ejemplo, ayudásemos un poquito a la inserción laboral de las personas con síndrome de Down", deseó.

"El problema", abundó Pineda, "es que hay gente que ni siquiera tiene una oportunidad en la vida como la que yo he tenido. He hecho esta película por ellos. Siempre me he considerado el portavoz, el que lleva la bandera del colectivo Down, porque no tienen voz. Alguien tiene que tenerla y me ha tocado a mí".

Pablo emplea un vocabulario exquisito, y le gusta jugar con las palabras. Tal vez por eso le da rabia que doblen su película al catalán: "No puedo evitar que lo hagan. Pero si por mí fuera...". Éstos y otros detalles echan por tierra la mayoría de las imágenes existentes sobre las personas con su síndrome, sobre todo en lo referente a capacidad intelectual y educación.

"Después de ver la película, muchos psicólogos y educadores entenderán cómo una persona con síndrome de Down puede llegar a aprender muchas más cosas de las que ellos han presupuesto durante años y años. Creo que sería una lección de humildad replantearse todos los fundamentos que han estado imperando en la educación durante los últimos tiempos", protestó.

Su premio fue de los pocos que provocó algún silbido en la lectura del palmarés por el jurado. Pero a él nadie le quita que su sueño se haya cumplido, literalmente. "Estos días, hasta soñaba con esto", confesó.

Aun así, no quiere que el brillo de la Concha le ciegue. "Yo no soy actor. Y creo que el jurado no me ha visto como a un intérprete", apuntó. "Soy realista y sé que trabajar en esto no es fácil. Prefiero volver a lo mío. Sí, ha sido toda una experiencia, pero no como para convertirlo en un oficio".



PELÍCULA "YO, TAMBIÉN"
El otro día en clase comentamos la película de Yo, también protagonizada por Pablo Pineda, un joven de 34 años, licenciado en Psicopedagogía y con una característica muy especial, es Síndrome de Down. El protagonista se inorpora por primera vez al mundo laboral, y es donde conoce a su compañera Laura, con la cual comienza una estrecha relación de amistad, que con el tiempo se convierte en algo más para los dos. El papel protagonista de Pineda es muy bueno.
Desde mi punto de vista, ha sido una película interesante pero a la vez, no sé, me esperaba algo más. Interesante porque nos muestra que una persona deficiente puede llegar a lo mismo que una "normal". Piensan, sienten, y tienen las mismas necesidades que los demás. A pesar de todo ello, la sociedad los siguen viendo como inferiores, y ahí tenemos el caso en la película, la madre lo sobreprotege demasiado, le prohíben la entrada a la discoteca,...
Por otro lado, no me ha gustado porque la sigo viendo demasiado "españolada", sobre todo el papel de Laura, sigue siendo la clásica chica que mantiene relaciones sexuales constantemente. Y eso es otro punto a tocar, ¿por qué cuando aparecen estas escenas no se corta nada, pero en cambio cuando la escena es con el protagonista sí la cortan? en la sociedad siguen habiendo muchos tabúes sociales. O si no, también, el final de la película. Sí, Laura mantiene relacciones con el protagonista, pero luego ¿qué? cada uno por su lado. Y es la realidad, ella lo quiere puesto que él le ha dado todo el cariño del mundo, pero está claro que con el nunca formaría una familia, ¿por qué? porque es Síndrome de Down y ella una "normal". Como compañero de trabajo o de viaje muy bien, pero para nada más.
Pero es que la sociedad sigue pensando así, o ¿es que alguno de nosotros seíamos capaces de mantener una relación amorosa con alguna persona con deficiencia? Pues está claro que no. A mi parecer a estas personas aún les quedan mucho por hacer hasta que se les den las mismas oportunidades que al resto. Siempre se van a ver como personas deficientes que no pueden aspirar a más; y sin embargo, ahí tenemos el claro ejemplo de Pineda que ha conseguido hasta la Licenciatura. Pero la sociedad es así.

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